Si nos pusiésemos en el caso de que existiese un
universo paralelo parecido al nuestro y en este un planeta cualquiera sin
ningún carácter que destaque de manera especial, excepto, claro, la existencia
de vida y la existencia de unos seres que destaquen entre los demás por su gran
inteligencia. Dejemos volar nuestra imaginación y pongámonos en el caso de que
estas criaturas se adueñen de ese planeta lejano solamente por el hecho de
tener una inteligencia mayor a la del resto de las especies, esta les debió dar
la sensación de ser de cierta forma superiores, y se vieron en el derecho de pasar
por encima de todas las demás especies haciendo lo que se les antojara con toda
la vida y las maravillas de este
planeta.
Estos para
llegar a ser tan grandes y poderosos se agruparon y unieron sus fuerzas para
convivir en comunidad y progresar como especie, se organizaron de diferentes maneras,
las primeras organizaciones fueron en grupos enormes a los cuales ellos llamaron
civilizaciones, cada civilización tenía su sello propio, un algo que las
distinguía de las demás, por ejemplo, cada una tenía sus propias tradiciones,
ritos, bailes, formas de vivir, en fin, tenían su propia cultura, por supuesto
también estos grupos tenían su propio espacio, su territorio el cual no debía
ser invadido por las otras civilizaciones porque de alguna forma el hecho de
vivir en el hacía que este fuese suyo. Desde estos momentos que se empezó a
dividir la especie.
Pasaron los años y nuestros queridos habitantes poblaron
cada rincón de este planeta. No dejaron ni un solo lugar en su mundo en el cual
estos no hubiesen pisado.
Unas cuantas
vueltas a su sol mas se necesitaron para que las civilizaciones mutaran y pasaran
a llamarse países. Cada país deseaba ser mejor que los demás, destrozar los
otros con tal de perseguir un sueño sin sentido, gobernar cada pequeño trozo
del planeta, imponiendo sus costumbres sobre todos los demás. Esta idea los
enloqueció, y entre ellos se pelearon hasta la muerte. La misma especie luchando
por unas ideas imaginarias, por unos trazos imaginarios sobre el mundo o por el
miedo a las ideas diferentes, peleando sin darse cuenta que todos forman parte
del mismo mundo que no hay diferencia entre unos y otros más que las inventadas
por ellos mismos, son ellos los que se separaron.
Para luchar
unos contra otros mandaron grupos a los cuales llamaban ejércitos a luchar
contra los ejércitos enemigos, todos estos engañados con la idea de una lucha
por su país, defender lo que ellos llaman patria, idea metida a su cabeza
durante toda la vida bajo diferentes campañas o la creación de un sentimiento
social. Muchos inocentes murieron en
estas exhibiciones de poder y la parte más malvada de esta raza quedo en
evidencia luego de esto.
Estas
guerras definieron que países son los que más están dispuestos a pasar por
encima de todo para lograr conseguir sus objetivos, los países que dominarían
al mundo. Desde entonces, se vivió en una aparente paz, paz llena de heridas y
recuerdos, de muerte y de rencor, de ansias por poder. Siempre ansias de poder.
Había países que por diferentes motivos quedaron de
cierta manera sobrando en esta competencia, la mayoría de ellos por el simple
hecho de haber nacido después, estos fueron de alguna forma esclavizados por las
sociedades mayores, por estos países que respiran sangre.
Estas comunidades vivían alimentando a las
comunidades mayores, estos fueron los encargados de hacer el trabajo pesado
para ellos, mientras vivían en el sueño de llegar a ser como estas comunidades
que lo tenían todo, pensando que algún día estos podrían ser libres, ser países
en los cuales cada ciudadano podría llegar a ser exactamente lo que este
desease, les hicieron creer que algún día el hambre y la pobreza podría
desaparecer. A muchas naciones les vendieron ese sueño, pero la realidad decía
otra cosa, claramente nunca se les permitiría a los más débiles ponerse a la
altura de los mayores.
Entre esos
pequeños países había uno con especial belleza natural, con una cantidad de
diversidad de recursos impresionante, este pequeño país tenía muchas cosas que
a los grandes países les podría ser útil, como por ejemplo, sus grandes
reservas naturales de agua dulce, elemento vital para esta raza, esos grandes y
hermosos glaseares, el desierto mas árido del mundo, pueden creer que esa raza
convirtió la energía del sol en energía útil para su conveniencia, tenía
también una tierra de la cual ninguna semilla se salva de brotar, oro, plata,
cobre, salitre, y tantas otras maravillas, en definitiva este pequeño país
tenía una variedad impresionantes de recursos. Pero no solo tenía recursos,
también tenía sueños, tenía el mismo sueño que miles de países, el de llegar a
ser un país desarrollado como las grandes potencias.
Las grandes potencias quisieron tomar adueñarse te
todos estos recursos para utilizarlos para su propio beneficio, los gobernantes
de este pequeño país cedieron todo aquello que estas querían sin poner gran
impedimento, las grandes potencias se quedaron con todo estas grandes reservas con
el poder explotarlas, quitar y sacar cuanto quisiesen, destrozar todo a su paso
si así se les antojara, no tendrían ni la menor preocupación por los daños
total país ajeno podrían explotar estos recursos hasta agotarlo todo sin pensar
siquiera en asegurarse que generar nuevos, que mas daría a ellos no les pasaría
nada simplemente podrían buscar otro lugar del cual tomar posesión, otro lugar
en el cual dejar sin nada. Las consecuencias las vivirían los habitantes de
este pequeño país, ellos serian los que verían desaparecer todo, los que
respirarían el aire contaminado, a los que se les quemaría la piel consecuencia
de la debilitación de la capa natural que los protegía de los rayos del sol,
estos serian los que verían a su tierra y toda la vida morir.
Eso no fue todo lo que las grandes potencias
hicieron por este país, estas también influyeron en la forma de gobernar de
este, difundieron también sus costumbres y tradiciones sobre este país, además
de muchos otros. Los habitantes de este las tomaron sin dudar, dejando su
identidad de lado, todo lo que los distinguía hasta ese momento. Muchos de los
que viven en ese país incluso se sienten más como miembros de esas potencias que
de su propio país.
Recuerdan en loco sueño que mencione antes, el que
enloqueció al mundo, este que decía que el sueño de toda civilización era
difundir su cultura y dominar cada pedazo del mundo, bueno tal vez no tienen
físicamente cada pedazo del mundo pero la cultura de las grandes potencias a
traspasado muchas de las barreras y no solo este pequeño país a dejado de ser
lo que era para empezar a ser un intento de estos países que lo desean todo,
son muchos más, y sinceramente no sé si algún día se den cuenta de que los la
lucha que se vive es de humano tratando de ser mejor que otro humano., hermano
contra hermano.
Si humano, lo cierto es que este universo paralelo
no es tan paralelo, que este planeta desconocido no es tan desconocido y que
ese pequeño país sin nombre si tiene nombre, su nombre es Chile forma parte de
todos estos países imaginarios que forman parte del planeta Tierra, planeta que
curiosamente nosotros habitamos. Tal vez no todo lo indicado sea fiel a la
realidad, pero por lo menos en muchos aspectos la situación se parece.
Chile este hermoso país con su cordillera blanca,
su cielo azul, su mar que nos recorre de punta a punta, su forma tan especial
alargada como ningún otro, sus maravillas reconocidas a nivel mundial, sus múltiples
islas y también están estos los habitantes de este hermoso país, que están
perdiendo su identidad chilenos.
Mas ¿Qué es
ser chileno?, todos los 18 de septiembre, nos vestimos como con esos vestidos
floreados, o esas mantas largas y con las sonoras espuelas, se bebe sus cuantas
copas, comemos empanadas, hacemos el típico asadito, preparamos el ponche, cada
casa saca su bandera, algunas con orgullo, otros por tradición, unos cuantos
por obligación. También tenemos las ramadas, con ellas los borrachitos, que ya
forman parte obligatorio del ambiente de las fiestas patrias. Pero esto somos,
esta es nuestra identidad, esto es lo que nos hace diferente, unas cuantas
tradiciones de las cuales pocos sabes su origen, tradiciones que salen a flote
una vez al año. Si esto es ser chileno entonces somos chilenos de un solo día,
el resto del año celebramos Navidad a lo gringo, los niños salen a pedir dulces
para Halloween, vemos películas y series en ingles y consideramos que poseer
este idioma nos abrirá las puertas del futuro, los niños creen en Santa Claus,
en el hada de los dientes, en el conejo de pascua, celebramos san Valentín.
Para ser buenos chilenos, tal vez, lo primero que
deberíamos conocer son nuestros orígenes, de dónde venimos, quienes fueron los
primeros que habitaron en estas tierras, deberíamos tener conocimientos sobre
los aimaras, los alacalufes, los onas, los diaguitas, los mapuches. Si no los
conocemos como mínimo deberíamos respetarlos. Hoy en día muchos de los pueblos
originarios de nuestro país sean extintos llevándose sus tradiciones y sus
conocimientos con ellos, pocos quedan entre ellos los aimaras, los rapa nui,
algunos diaguitas, atacameños y por supuesto los mapuches, este pueblo que
sigue gritando y que no para de luchar.
La historia de los mapuches, como luchadores, empieza
con la llegada de los españoles, los primeros extranjeros en querer ejercer
poder sobre nuestras tierras. Los españoles comenzaron con sus planes de
conquista, de norte a sur, pasaban por estos pueblos les quitaban los suyos y
los obligaban a servir a la corona, pasaron por todo el país hasta llegar hasta
esta raza llena de guerreros, los primeros en impedir los planes de estos
europeos, detuvieron todos sus planes y les cortaron el paso, de esta forma
evitaron que estos siguieran conquistando y matando a los pueblos de más al
sur. Luego de bastantes luchas se dieron cuenta que los mapuches eran indígenas
un tanto diferentes al resto, que con ellos las cosas no eran tan fáciles.
Luego de unos años llegaron al acuerdo de dejar a este
pueblo en paz y mediante un pacto reconocieron que el territorio al sur del rio
Bio- Bio era territorio mapuche y que este no se debía tocar.
Pero las cosas no terminan aquí, el pueblo chileno
nace, adiós a los españoles y con este adiós tratos, nuevas caras al mando, y
por lo tanto, nuevas reglas. Los chilenos desconocieron el tratado que tenían
los españoles tenían con los mapuches, por lógica buscaron expandirse, dominar
cuanta tierra sea posible. Al principio del siglo XX, el estado chileno creó un
título para dar a los Mapuches, era el “título de merced”. Con este título de
propiedad, las familias mapuches iban a recibir el territorio correspondiente
al espacio que ocupaban. He ahí donde comienzan todos los problemas que
trascienden hasta el día de hoy. Las autoridades solo consideraron que lo que
estaba ocupado era el territorio que ocupaban sus casas y sus jardines,
olvidando el hecho de que el pueblo Mapuche es un pueblo muy móvil que cría su
ganado sobre inmensas superficies de tierra. Así las familias mapuches fueron
reducidas a vivir sobre algunas hectáreas, raramente más de 10. Es así como la
producción en estas tierras ha disminuido radicalmente reduciéndose el
rendimiento del suelo, que ha perdido parte de su valor.
El territorio Mapuche se extendía antiguamente
(siglos XVII – XIX) desde el valle del río Aconcagua, al norte de Santiago,
hasta el río Biobío. Actualmente solo una parte del territorio chileno y del
territorio argentino es reconocido por los mapuches como su tierra. El
territorio actual de los Mapuches de Chile se encuentra sobre todo en la región
de Araucanía y de forma más minoritaria en las regiones de Los Lagos y la de
Los Ríos.
Es por esta razón que le pueblo mapuche no se rinde
porque cada día lucha por recuperar alguna vez fue suyo, luego de aproximadamente
doscientos años siguen peleando por sus tierras. Cada vez con mayor dificultad
al parecer, cada día el estado chileno trata nuevas maneras de desasearse de
ellos, una de las más reconocidas la ley anti-terrorista, la cual en su momento
llevo muchos mapuches a la prisión, por protestar y alzar la voz.
Luego de saber todas estas cosas es claro que el
estado trata de borrar esta parte tan importante de Chile, de tratar de
ocultarla y de a poco eliminarla. Pero no es solo el estado el que esta
avergonzado de sus orígenes son los propios chilenos, muchos de ellos por lo
menos, los que también desprecian a los mapuches, estos son objeto de burla, en
nuestro país recorren muchos de prejuicios entorno a ellos, como que son flojos
que son violentos, últimamente que son terroristas, entre otros, el tan solo
hecho de escuchar un apellido mapuche como Ayun, Ayunkura, Ayunlew, Ayvlen, Ayvnkvyen,
Cadin,Caicheo, Caileo, Caimapu, Caipillan, Caihueque, Calbuante, Calbucoy, Calbucura,
Calbullahue o Calbullanca, causa una cierta risa entre los pobladores de
nuestro país. En cambio, si tu apellido es extranjero como Smith, Brown,
Wilson, Williams, Johnson, Davis, Jones, Hamilton, Miller, Roberts, Harrison,
Bettaglio, Le-Roy, Rosseau, Subercaseaux, Schneider, Rubinstein, Roitman, Berger
o Schwartz, causa un cierto interés entre los demás, un tratamiento diferente,
incluso podríamos decir que se cree que por el simple hecho de portar un
apellido extranjero te juzgan como si fueses más inteligente.
No deberíamos estar orgullosos de nuestro pasado,
tratar de conservarlo a toda costa, ya que este supuestamente debería ser parte
de nuestra identidad, de nuestro sentimiento nacional, deberíamos cuidarlo ya
que es lo que nos debería distinguir del resto de mundo, pero en cambio estamos
avergonzados de él y deseamos cada día parecernos un poco aunque sea a los
extranjeros, deberíamos celebrar las fiestas que son importantes para nuestros
orígenes, en vez de tratar de imitar las gringas, deberíamos aunque sea conocer
alguna de las palabras de las lenguas de nuestros aborígenes, en vez exigir
cada día más el inglés entre nuestro pobladores, si algún día llegásemos a
hacer todo aquello, entonces por fin decir yo soy chileno o chilena tendría
algún sentido.
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